La palabra “filo-sofía” deriva del griego y significa amor a la sabiduría. Filosofía es, pues, esencialmente conocimiento y conducta adecuada a este conocimiento. Conocer quiere decir “tener conocimiento exacto de la existencia y de los caracteres de un aspecto cualquiera de la realidad”.

 

Vuelvo a aquellos jóvenes amigos campesinos. Los tengo presentes a todos, buscando adivinar en sus ojos las cosas hermosas que ellos verán claras mañana, y nosotros hoy vemos solo confusamente...

 

Merece la pena, a este punto, detenernos en el pensamiento de un gran escritor italiano del siglo pasado, Ignazio Silone, quien, como pocos, ha descrito e interpretado el mundo de la clase campesina pobre...

 

El texto que presentamos es la introducción, con algunas adaptaciones, al libro Principios de filosofía, o sea, lo que no es el Fulanismo, publicado en el 2005, a cargo del Centro de Estudios Redemptor hominis del Paraguay.

 

En preparación para el próximo Sínodo de los Obispos dedicado al tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, el teólogo italiano Bruno Forte ha reunido en un ágil y profundo libro una serie de artículos e intervenciones que conciernen al tema en cuestión.

 

Hoy la misión pone tantos interrogantes y llama a ponerse de nuevo en tela de juicio. En África, por ejemplo, la misión ya no se puede realizar como antes del genocidio ruandés, donde los catequistas han asesinado a personas de la etnia opuesta, y donde incluso algunos consagrados han llegado a matar a los cofrades, solo porque la ley de la sangre ha prevalecido sobre la ley de la libertad y de la gracia.

 

Otro punto en el cual quiero insistir es la palabra “diálogo”. A este propósito, considero que la encíclica Ecclesiam Suam y la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi permanecen fundamentales: en ellas se funda la relación entre misión ad intra y ad extra; se recuerda que la Iglesia evangeliza autoevangelizándose; se insiste en la relación entre interioridad-comunidad-pueblo.

 

Se propone, aquí, la síntesis actualizada de una intervención hecha por el P. Emilio Grasso, durante el Primer Congreso Misionero de la Provincia Italiana de los Carmelitas, el 2 de octubre de 2007.

 

Desde la primera vez que toqué el suelo del Paraguay, aprendí un vocablo que se utilizaba con mucha frecuencia: argel. Qué significaba esta palabra, de uso muy difundido en este país, lo comprendí con cierto retraso.